Once upon a time
A cada uno de nosotros nos pertenece una historia. A algunos una más linda, a otros una más triste, o una más dramática, sin embargo, ninguna persona de esta tierra se puede librar de tener una.
Alguna vez nos contaron como empezó, tratamos de entender como se desarrolla hoy, y nos llenamos de enigmas tan solo con la idea de pensar en el futuro, que es incierto.
Hace un tiempo, llegué a la conclusión de que mi historia no empezó solo cuando mis padres se conocieron. Comenzó mucho antes. Me gusta creer, ya sea por causa o efecto, de que ciertos caminos se tuvieron que cruzar para que yo hoy esté acá.
Quizá son pensamientos existencialistas, pero... el que no los tenga, que tire la primer piedra.
Así, es como me propongo viajar al pasado, al lejano tiempo en que ni noticias había de mi existencia; conectarme con mis antepasados; conocer sus rumbos y destinos tal como lo haría con una máquina del tiempo. Voy a dejar que la imaginación me lleve, me hospede y me permita volcar en palabras todas aquellas ideas que tengan sentido para mí, con respecto a mis raíces.
Con ayuda de algunos relatos familiares, tesoros conservados y versiones trascendidas en el tiempo busco llegar a lo genuino de todas las historias, a los encuentros y a los desencuentros, y al momento en que un relato ordinario como el de todos se vuelve sacado de novela.
Quizá sea la hora de preguntarnos si la vida es sacada de una novela o si las novelas son solo bellos encuadres de la vida misma.
Alguna vez nos contaron como empezó, tratamos de entender como se desarrolla hoy, y nos llenamos de enigmas tan solo con la idea de pensar en el futuro, que es incierto.
Hace un tiempo, llegué a la conclusión de que mi historia no empezó solo cuando mis padres se conocieron. Comenzó mucho antes. Me gusta creer, ya sea por causa o efecto, de que ciertos caminos se tuvieron que cruzar para que yo hoy esté acá.
Quizá son pensamientos existencialistas, pero... el que no los tenga, que tire la primer piedra.
Así, es como me propongo viajar al pasado, al lejano tiempo en que ni noticias había de mi existencia; conectarme con mis antepasados; conocer sus rumbos y destinos tal como lo haría con una máquina del tiempo. Voy a dejar que la imaginación me lleve, me hospede y me permita volcar en palabras todas aquellas ideas que tengan sentido para mí, con respecto a mis raíces.
Con ayuda de algunos relatos familiares, tesoros conservados y versiones trascendidas en el tiempo busco llegar a lo genuino de todas las historias, a los encuentros y a los desencuentros, y al momento en que un relato ordinario como el de todos se vuelve sacado de novela.
Quizá sea la hora de preguntarnos si la vida es sacada de una novela o si las novelas son solo bellos encuadres de la vida misma.
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